Aún con su ferocidad, los majestuosos pegasos del Gran Teatro no pudieron contra la maldecida oscuridad. La pasión volvió a ganarle a la razón. Un dramático alarido rompió el silencio retumbante de la noche, y un nuevo telón fue cruelmente cerrado para siempre"
En esta nueva novela, con su prosa ágil y llevadera, y plena de imágenes, D. Berger nos introduce en el mundo de la comedia musical. Como en el mejor estilo de Broadway, la acción transcurre en el seno de una compañía teatral que ensaya y se dispone a estrenar lo que esperan sea un éxito de crítica y de taquilla. Así, encontramos, entre otros, los típicos personajes: los jóvenes que inician, - llenos de ilusiones - ,sus pasos rumbo a la fama; el director - productor acostumbrado al éxito; la notable actriz relegada a un papel de reparto; la hábil vestuarista, y, por supuesto, las arquetípicas estrellas del show que, enemistadas entre sí, rivalizan en ego y veleidades.
Pero, se trata de una novela de misterio al estilo tradicional, - que, en algunas instancias nos trae un aire a Agatha Christie o a Ngaio Marsh - ; y, por lo tanto, el gran teatro es el marco para que se entrecrucen historias de ambiciones, envidias y odios, donde, naturalmente todo desemboca en un asesinato, con la víctima adecuada, y muchos sospechosos.
Quien debe resolverlo es un peculiar inspector de policía, de modales untuosos y pulcra vestimenta que nos recuerda a Hércules Poirot, y su joven ayudante, que, en un buen guiño al ambiente de la comedia musical, se apellida Fosse.
De esta forma, nos encontramos con una entretenida novela, donde no hay sorpresas, en el sentido de que ocurre lo que debe ocurrir, aunque sí debemos añadir que, para la típica resolución se acude a elementos y situaciones que, introducidos hacia el final, hubieran escandalizado a los puristas que reglamentaron el género.
Que se abra, entonces el telón, para disfrutar de esta La estrella y la máscara, que, de forma simple, nos hace pasar un muy buen momento mientras nos involucra en el homenaje a dos géneros y a dos mundos, el de la novela de misterio, y el de los musicales.

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