“Nadie está más indefenso que en el sillón de un dentista” afirmaba uno de los personajes de esta novela.
Un dentista aparece muerto de un disparo y todo hace pensar que se trata de un suicidio, pero entre sus pacientes se encuentra Hercule Poirot, para quien se trata de asesinato.
A la muerte del Dr Morley le sigue la de uno de sus pacientes; otra desaparece sin dejar rastro, y también atentan contra otro. La muerte del dentista, se transforma así, en un eslabón más de una compleja trama criminal.
Un encuentro casual, alguna frase, y un zapato con la hebilla rota son algunas de las claves que llevan al famoso detective belga a resolver el misterio.
Como en otras novelas de la autora, aquí también los versos de una vieja canción infantil inglesa presentan cada uno de los capítulos.
“Mas Poirot no oía nada. Estaba en otro mundo, un mundo delicioso donde los factores giraban antes de ocupar sus lugares respectivos. Era como un calidoscopio… zapatos con hebilla…, medias de la talla diez…un rostro destrozado… los gustos literarios del botones…las actividades de Amberiotis…, y el papel representado por Mr. Morley…., todo giraba antes de situarse en su lugar y formar un diseño correcto.
Por primera vez, Hercule Poirot enfocaba el caso por la verdadera pista”
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