“Sobre su cabeza, el sombrío ramaje de los árboles
emulaba los susurros de infinidad de voces. Las luces de las farolas dibujaban
alargadas sombras sobre el asfalto. Algunas parecían cabezas deformes, y, aunque Ellen sabía que no eran más que los
contornos de arbustos, la hicieron estremecerse.
Algo más adelante oyó un bramido seco y profundo que le recordó el gruñido de un
animal, aunque con toda probabilidad se tratara de uno de los aviones que
ascendía hacia el cielo, algo más allá.
Sea como fuere, ninguna de las
explicaciones racionales que ella misma fue arguyéndose le ayudó a superar la
angustia que empezaba a oprimirle el pecho, de resultas de una sensación disparatada de la que no lograba zafarse: la de que
alguien la estaba espiando en la oscuridad”.
Ellen, una joven psiquiatra de un prestigioso instituto visita a una
paciente internada. Ésta, con evidentes signos de maltratos, se muestra
aterrorizada y teme ser secuestrada por el “hombre del saco”, suplicando a la
doctora que la ayude. Al día siguiente la paciente desaparece sin dejar rastros.
Nadie la ha visto ni sabe nada de ella.
Ellen sabe que la mujer corre peligro, y cuando inicia su búsqueda, comienza
a ser acosada, amenazada y maltratada, y, aunque desconoce la identidad de su
agresor, ciertas indicios la llevan a sospechar de alguien de su entorno cercano. Se ve así
involucrada en una espiral de violencia, paranoia y terror que la hace temer no
solo por su vida, sino también por su propia salud emocional y mental.
Nos encontramos con un thriller psicológico atrapante, en el que no
faltan persecuciones en bosques solitarios, edificios abandonados, escenas
oníricas y alusiones a traumas y seres monstruosos que configuran un ambiente
opresivo y de terror. Y aunque de alguna forma la novela es predecible en su desarrollo y
en su resolución, esto no impide mantenernos en vilo hasta llegar al final.
Parece muy interesante, aunque poco real.
ResponderBorrarGracias por comentar!!! Puede ser, pero lo importante en la novela es el juego entre lo real y lo irreal...
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