A cincuenta años de que la intolerancia del poder pusiera fin a su vida, queremos rendir homenaje al Gran Martin Luther King compartiendo su ya famoso"Sueño", pronunciado ante miles y miles de personas en Washington, el 28 de Agosto de 1963
Entonces les digo a ustedes, mis amigos, que aunque nosotros enfrentemos las dificultades de hoy y de
mañana, aún yo tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño Americano, que un
día esta nación surgirá y vivirá verdaderamente de su credo, "nosotros mantenemos estos derechos
patentes, que todo hombre es creado igual." Yo tengo un sueño que ese día en las tierras rojas de
Georgia, hijos de esclavos anteriores e hijos de dueños de esclavos anteriores se podrán sentar juntos
a la mesa de la hermandad. Yo tengo un sueño que un día aún el estado de Mississippi, un estado
ardiente por e1 calor de justicia, ardiente por el calor de la opresión, será transformado en un oasis de
libertad y justicia. Yo tengo un sueño que mis cuatro pequeños hijos algún día vivirán en una nación
donde no serán juzgados por el color de la piel, sino por el contenido de sus carácteres.
Hoy yo tengo un sueño!
Yo tengo un sueño que un día en Alabama, con sus racistas viciosos, con su Gobernador con sus
labios goteando palabras de interposición y nulificación, un día allí en Alabama los pequeños negros,
niños y niñas, podrán unir las manos con pequeños blancos, niños y niñas, como hermanos y
hermanas.
Hoy yo tengo un sueño!
Yo tengo un sueño que algún día cada valle será elevado, y cada colina y montaña serán hechas
llanas. Los lugares más ásperos serán aplanados y los lugares torcidos serán hechos rectos, y la gloria
de Dios será revelada y todo género humano se verá junto.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual yo regreso al Sur. Con esta fe podremos
labrar de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza. Con esta fe podremos transformar
el sonido discordante de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe podremos
trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, pararse juntos por la libertad, sabiendo
que algún día seremos libres, y este es el día. Este será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar con nuevos sentidos "Mi País es de ti, dulce tierra de libertad a ti yo canto. Tierra donde mi
padre murió, tierra del orgullo de los peregrinos, de cada lado de la montaña, dejemos resonar la
libertad." Y si América va a ser una grande nación, esto tendrá que hacerse realidad.
Entonces dejen resonar la libertad desde la cima de los montes prodigiosos de New Hampshire;
dejen resonar la libertad desde las poderosas montañas de New York; dejen resonar la libertad desde
las alturas de las Alleghenies de Pennsylvania; dejen resonar la libertad desde las rocas cubiertas de
nieve de Colorado; dejen resonar la libertad desde las curvosas cuestas de California. Pero no sólo ésto.
Dejen resonar la libertad de la Montaña de Piedra de Georgia; dejen resonar la libertad desde la
montaña Lookout de Tennessee; dejen resonar la libertad desde cada colina y montaña de Mississippi.
"De cada lado de montaña dejen resonar la libertad." Y cuando ésto pase y cuando dejemos resonar la
libertad, cuando la dejemos resonar de cada aldea y cada caserío, de cada estado y cada ciudad,
podemos apurar el día en que todos los hijos de Dios, hombre negro y hombre blanco, Judíos y
Cristianos, Protestantes y Católicos, podemos unir nuestras manos y cantar en las palabras del viejo
espiritual Negro:
"Libre al Fin, Libre al Fin; Gracias Dios Omnipotente, somos libres al fin."
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