“Cuando Miss Burton dobló por la esquina le pareció que alguien en la calle había levantado un enorme escenario al aire libre y que todos los vecinos actuaban como miembros del reparto y extras. Era imposible decir qué tipo de espectáculo podría ser, tan variados y numerosos eran los personajes y vestimentas: muchachitos en bicicletas; mujeres en ropa de casa, batas, pijamas; hombres llevando cámaras fotográficas, bebés, portafolios; grupos de muchachas gorjeando y piando como pájaros, y ancianas de bocas apretadas observando en silencio desde el fondo del escenario, como si la escena que estaban presenciando fuera antigua, motivo de recuerdo para ellas.
A ambos lados de la calle estaban alineados los automóviles, algunos con los motores en marcha y los faros encendidos y la gente observaba desde las ventanillas abiertas. Miss Burton se detuvo y se apoyó en un farol, sintiéndose de pronto aturdida y sin aliento. ¿Qué es lo que están tratando de ver?, pensó. ¿Qué es lo que creen que van a ver? ¿Qué es lo que están aguardando?
El viento revolvió su cabello y amorató sus labios, hacía volar su saco amarillo, pero ella no experimentaba ningún sufrimiento físico.”
Una mujer muere en México. Otra, - su amiga - abandona repentinamente su hogar, dejándole una carta a su hermano, y nada más se sabe de ella, por lo que éste, acusa al marido de haberla asesinado.
Margaret Millar nos conduce en esta atrapante novela, por una investigación que deja al desnudo, los egoísmos y mezquindades, las pasiones ocultas, y el patetismo de los diversos personajes que componen este drama, de suspenso creciente y varias vueltas de tuerca, hasta llegar al final.
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