El Caso de los Anónimos es una amena novela, también una de mis favoritas, de fácil lectura, que Agatha Christie escribió en 1943.
Como en tantas otras de sus obras, nos presenta en ésta lo que fue su especialidad. Un pequeño pueblo rural, con sus habitantes de siempre: el médico, el abogado, el sacerdote y su esposa, las típicas solteronas y las típicas criadas.
En este caso, una serie de cartas anónimas, - todas ellas difamatorias - comienzan a llegar a muchos de los vecinos, generando distintos tipos de reacciones y sospechas. En ese clima enrarecido se produce una muerte.
Narrada en primera persona, desde que comenzamos, vamos compartiendo el punto de vista, y también, sobre todo, los temores del protagonista.
Si bien Miss Marple es quien aparece al final de la obra para develar el misterio, su rol, a mi juicio, es secundario, y la novela podría tranquilamente prescindir de ella.
Como dato anecdótico, cabe agregar que, para la misma época, y sin que medie relación con esta novela, Henry-Georges Clouzot filmó su obra maestra, Le Corveau, donde también los anónimos fueron protagonistas.
Para finalizar, leamos las palabras que, a modo de prefacio, escribió la autora:
"Siempre resulta agradable plantearnos un tema clásico y ver lo que puede hacerse con él. En este caso, el tema de la pluma que destila veneno, sigue las líneas generales de otros casos bien conocidos y comprobados de escritores de anónimos. ¿Hasta qué punto se parecen? ¿Él motivo fundamental es casi siempre el mismo? ¿Qué campo ofrece semejante material para una persona aficionada al crimen? El caso de los anónimos es mi contribución al asunto.......
Escribiendo este libro disfruté con fruición.
Me gustaron su cómodo ambiente de pueblo y sus personajes. Los ambientes exóticos, pienso a veces, restan interés al crimen en sí.
Para que un crimen resulte interesante, ha de producirse entre gentes que ustedes mismos podrían encontrar cualquier día".
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