"Unos días más tarde, el teléfono del inspector Guillermo Goya sonaría a las 4:02 de la mañana. Todavía entre sueños, Goya adivinaría el motivo de esa llamada: de madrugada, nunca se reciben buenas noticias. Levantaría el tubo y la voz del otro lado le anunciaría lo que él intuía: alguien fue asesinado".
Corta, intensa, atrapante. así se puede definir a esta nueva novela que nos ofrece Raúl Garbantes. Se trata de uno de esos thrillers donde importan tanto los crímenes en sí, como lo que pasa por la mente de los personajes y la forma en que todo está narrado.
En este último aspecto, nos encontramos con un narrador omnisciente que no nos cuenta la historia en forma lineal sino, que, con pequeños saltos temporales, y, anunciando al lector lo que va a pasar, sin que lo sepan los protagonistas, va mostrando a éstos y va narrando las distintas situaciones que hacen a la trama.
Se trata de un tercer caso donde aparece la dupla Goya y Castillo, que, cada vez más compenetrados, al punto de intuir lo que piensa el otro, tienen que investigar una serie de asesinatos.
Por otro lado están los protagonistas principales, - un abogado exitoso y su esposa- ,brillantemente caracterizados, especialmente desde el punto de vista psicológico.
Otro dato para destacar es que, no se trata de una novela de suspenso tradicional, donde el eje pasa por descubrir al asesino. El lector avezado, desde las primeras páginas puede suponer de qué va la cosa, aún cuando se presente alguna vuelta de tuerca en la investigación. Pero aún así, se disfruta la lectura, se entienden los crímenes como vinculados a lo que viven los protagonistas, y, al leer las páginas finales terminamos por compartir las dudas y certezas de los detectives.
Por último debemos mencionar algunos mínimos errores ortográficos, - nadie está exento de cometerlos, más si se trata de un libro auto publicado- que, si bien no modifican el juicio que merece esta obra, deben ser tenidos en cuenta para mejorar las futuras ediciones.
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