La lectura de hoy: La muerte vino cantando, de Ngaio Marsh

"Con un correteo repentino, una rata salió disparada y le pasó por sobre las botas. Maldijo, trastabilló y se bamboleó hacia un costado. La luz de su linterna se agitó, excéntrica, por el costado de la calleja, y por un instante iluminó un zapato de tacones altos, con un pie adentro. La luz vaciló, se afirmó y volvió. Subió desde el pie, por una pierna, y mostró un raspón rojo a través de la rotura de la media de nylon. Siguió avanzando y por último se posó en un revoltillo de perlas artificiales y flores frescas, sobre el pecho de una muchacha muerta."

En una noche de densa niebla, un barco se apresta a zarpar. Los pasajeros van llegando y se instalan en sus camarotes. En el mismo momento, se descubre un cadáver en el muelle. Un asesino serial ha actuado de nuevo, todo hace indicar que se trata de uno de los nueve pasajeros. El inspector Alleyn es comisionado para unirse al pasaje de incógnito a fin de dar con el culpable.

Esta novela de Ngaio Marsh, desde el comienzo se nos presenta como una excelente novela. Y tiene todos los elementos para hacerlo:  mostrando una inquietante atmósfera inicial, donde se descubre el crimen y se presenta a los sospechosos, y luego, narrando con maestría la vida a bordo y la interacción entre los personajes, que, si bien responden a estereotipos frecuentes en la literatura de la época  sobre viajes en barco, - el capitán, la pareja que se enamora, la femme fatale, por nombrar sólo a algunos -, van contribuyendo, cada uno, precisamente por sus personalidades y acciones, al perfecto desarrollo de la trama, hasta llegar al desenlace.

En definitiva, una  muy buena muestra de lo mejor de la literatura de misterio de la época, cuya lectura recomiendo, especialmente, para quien quiera introducirse en el género.