miércoles, 30 de enero de 2019

La lectura de hoy: Un hombre muerto, de Ngaio Marsh


"Alleyn no se parecía en nada a los detectives imaginados por la joven. Era más semejante a cualquiera de los amigos de tío Hubert. Era muy alto, delgado, de cabello negro, ojos grises y rasgados que parecían de risa fácil. 
En cambio, la boca era firme.
«Tiene una voz y unas manos admirables», pensó Angela, sintiéndose menos desgraciada.
Más tarde, la joven explicó a Nigel que el inspector Alleyn le era muy simpático. La trataba sin muestra alguna de interés personal, actitud que hubiera disgustado a aquella muchacha moderna en otras circunstancias menos trágicas. En cambio, en aquellos momentos aquel despego la tranquilizaba".

"—Es usted un ser extraordinario —declaró Nigel—. Unas veces parece tan humano como cualquiera de nosotros, y otras se muestra frío e inhumano."



Un hombre muerto, publicada en 1934 es la primer novela de Ngaio Marsh. 
Como relato, es entretenido y responde al modelo clásico del relato de detectives: presentación de los personajes y ambientación, crimen, investigación, resolución y explicación final. 
En una casa de campo, un acaudalado gentleman invita a familiares y amigos a pasar un fin de semana. Como entretenimiento propone jugar a "descubrir al asesino", y, como es de esperar, el juego se transforma en triste realidad cuando uno de sus invitados es encontrado apuñalado.
La investigación está a cargo del que será protagonista de toda la obra de la autora, Roderick Alleyn, un sagaz detective de Scotland Yard.
Narrada en tercera persona, los protagonistas de la novela son un par de jóvenes, involucrados directamente en la historia, a quienes Alleyn, una vez comprobada su inocencia, les pide colaboración.
Como puntos débiles podemos mencionar que, además de la historia principal, hay una sub-trama vinculada a una sociedad secreta rusa - algo común entre los escritores de la época era incorporar al relato el accionar de misteriosas sociedades secretas - que, además de ser poco creíble, y de ser resuelta en forma confusa, tranquilamente podía haber sido obviada; y que, en la explicación final aparecen algunos datos que eran conocidos por el investigador, aunque, durante el desarrollo de la novela, no habían sido mencionados. De todas formas, y, teniendo en cuenta que se trata de la ópera prima de una gran autora, vale la pena su lectura, que, en definitiva, no defrauda.




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