lunes, 14 de octubre de 2019

La lectura de hoy: Lo que callan los muertos, de Ana Lena Rivera

"El crimen perfecto no es aquel en el que no se descubre al asesino sino el que nunca se sabe que es un crimen"

Siempre es bueno encontrar, en la novelística policial contemporánea, a aquellos autores y obras que, de alguna forma, nos permiten descansar de la moda imperante en los últimos años que nos muestran historias densas y protagonistas oscuros, según el modelo nórdico, y nos brindan a cambio, tramas más simples y en un clima más ameno, como en las viejas novelas de misterio, a la antigua usanza, que tanto disfrutamos. 
Por eso ha sido un placer leer esta muy buena novela que nos presenta Ana Lena Rivera.
Ambientada en Oviedo, España, y narrada en primera persona, con un tono ligero y coloquial, plagado de humor, tiene como protagonista a Gracia San Sebastián, una joven mujer que, tras la muerte de su pequeño hijo, decide cambiar de estilo de vida y volver, junto a su esposo, a su tierra natal, y que, mientras investiga un posible fraude a la Seguridad Social, comienza a interesarse en el suicidio, aparentemente sin motivo, de una vecina y amiga de su madre. 
Pero la trama no se limita a la mera resolución de los misterios, - en este sentido, responde al modelo tradicional de este tipo de relatos - , sino que, nos adentra también en los aspectos de la vida cotidiana  de gente que se nos aparece como gente común, la protagonista, su familia y  sus amistades, que la ayudan en sus investigaciones. Así, mientras vamos conociendo sus pensamientos y puntos de vista, sus actitudes ante la vida y sus sentimientos, vemos desfilar entre las calles de Oviedo y las comidas típicas asturianas, a una serie de entrañables personajes, - magníficamente caracterizados-, de esos que nos dejan con las ganas de que sigan apareciendo en otras novelas, por ejemplo, la madre a la que la protagonista define como "mezcla de Phileas Fogg y señora de provincias anticuada", o un comisario que critica el rol que le dan a los comisarios en las novelas policiales, por citar dos ejemplos.
No faltan, además, alusiones literarias y a alguna película famosa, y reflexiones sobre las distintas costumbres o  los cambios que se producen entre las distintas épocas, o una mirada piadosa sobre la vida de la gente mayor.
En síntesis, una muy buena opción de lectura, que desde ya, recomendamos, con la esperanza de volver a encontrarnos con Gracia y los suyos, y sus historias, en un futuro no muy lejano.

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