"Pronto o tarde, no me gustan los casos de envenenamiento - puntualizó el sargento - . A mí deme una bonita y pulcra herida de bala con la que pueda empezar, ¡ y nada de médicos que enredan el caso con sus desavenencias!"
Deliciosa y entretenida novela ésta que nos ofrece la autora.
Escrita en los 30, responde al molde clásico del género: un asesinato, un grupo reducido de sospechosos y un detective - el comisario Hannasyde - para resolverlo. y, en este sentido, como novela de misterio, no deja de ser una de las tantas que poblaron las librerías en lo que se dio en llamar la edad dorada.
Pero el plus de calidad pasa por el estilo narrativo: una prosa plena de humor e ironía, con diálogos inteligentes y divertidos, y una notable y casi caricaturesca muestra de personajes, todos arquetipos de la sociedad pretendidamente aristocrática de la Inglaterra de aquel entonces, con todos sus prejuicios y convencionalismos.
De rápida lectura, la recomendamos para quienes desean pasar un rato ameno, especialmente para aquellos que disfrutan de esos misterios "a la inglesa" que tanto nos gustan.
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