domingo, 31 de mayo de 2020

La lectura de hoy: Grandes esperanzas, de Charles Dickens


"Cuando   hube   permanecido   despierto   un   rato,   hiciéronse   oír   aquellas   voces extraordinarias  de  que  está  lleno  el  silencio.  El  armario  murmuraba,  suspiraba  la  chimenea, movíase el pequeño lavabo, y una cuerda de guitarra, oculta en el fondo de algún cajón, dejaba oír su voz. Al mismo tiempo adquirían nueva expresión los ojos de luz que se proyectaban en las paredes, y en cada uno de aquellos círculos amarillentos me parecía ver escritas las palabras: «No vaya a su casa.»"


Siguiendo con la lectura de autores clásicos, es el turno de Grandes Esperanzas, - el título original Great Expectations se ajusta mejor a la temática planteada - , una de las obras más conocidas de Charles Dickens, publicada por éste, en forma de episodios, en 1860. 
De tono biográfico y costumbrista, cargado de crítica social - por ejemplo hacia el comportamiento hipócrita y egoísta de poderosos , o al efecto pernicioso del dinero -,  y con un fuerte mensaje moralizante, que destaca el valor de la amistad, de la lealtad, del verdadero amor, y de la redención; nos encontramos con un relato que por momentos se nos hace muy entretenido y llevadero y por momentos se lentifica, pero que tiene como puntos más altos la muy buena descripción de tipos sociales y actividades propias de esa Inglaterra tan dinámica y cambiante de mediados del siglo XIX; la caracterización en tono burlón y casi caricaturesco que hace de pintorescos personajes y situaciones - por ejemplo, de un funeral -,  y, por particularidades de la trama, del trabajo de herreros, comerciantes, navieros, y abogados, del desempeño de la justicia, y de la vida carcelaria.
Narrada en primera persona, tiene como protagonista a Pip, quien, en forma retrospectiva comienza el relato de lo que fue su infancia  - en un pequeño pueblo rodeado de pantanos - , pobre, maltratado, y criado a los golpes por su hermana , de cómo tiene que ayudar, bajo amenaza, a un presidiario fugado, de cómo va creciendo acompañado por Joe, su cuñado y mejor amigo, un herrero más bien simplón y de buen corazón, que , ya más grande, lo toma como aprendiz, y por Biddy, su mejor amiga, que le enseña a leer y escribir; y de cómo su vida comienza a cambiar cuando, años después, conoce a una excéntrica y adinerada anciana y a Estella, una  hermosa pero fría, soberbia y egoísta joven que vive al cuidado de la anciana, y de quien se enamora perdidamente.
Así nacen sus dos grandes deseos - las expectativas a las que se refiere el título- : abandonar su vida pobre y su futuro como herrero, ascendiendo socialmente, y lograr el amor de Estella. 
De esta forma, va desarrollándose una trama, en la que, incluyendo algunos momentos más introspectivos, y otros de más acción, Pip nos va contando qué ocurrió con sus "grandes esperanzas".
En definitiva, una obra que , sin sorpresas, entretiene, y, sobre todo nos muestra a la vez las características de una época y de una sociedad del pasado, y, también, de cómo se escribía en aquella época, motivos más que suficientes, para recomendar su lectura.






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