La lectura de hoy: La puerta del destino, de Agatha Christie

 "No sabes quién es quién...

Ahora todo el mundo viste igual y las diferencias entre las personas no pueden ser determinadas de buenas a primeras. De momento, sólo se ven caras bonitas y caras feas. Lo otro viene después."

Seguimos revisando la vasta obra de Agatha Christie.

Publicada en 1973, pocos años antes de su muerte, La puerta del destino es la última novela escrita por una octogenaria Agatha.

Su comienzo es prometedor. La historia empieza cuando Tuppence y Tommy Beresford, ya de edad avanzada, - los únicos detectives creados por la autora que envejecen entre los distintos casos que protagonizan - , se mudan a una antigua casa campestre. Allí encuentran viejos libros, en uno de los cuales, y en forma de clave aparece la siguiente frase: "Mary Jordan no murió de muerte natural. Fue uno de nosotros. Yo creo saber quién..."

Naturalmente esto lleva a Tuppence a indagar , naturalmente, alguien sabe demasiado, naturalmente, alguien trata de impedir que se sepa algo...

En otros tiempos, la historia seguramente hubiese continuado de manera adecuada, y el resultado podría haber sido, como tantas veces, una buena, o muy buena novela de misterio acorde a las expectativas de quienes han leído lo mejor de Agatha Christie.

Pero, lejos de eso, nos encontramos con lo que venía ocurriendo en sus últimas publicaciones; una trama insustancial y endeble, con un final previsible, incluso desde que se lee la Guía del lector que tradicionalmente sirve de presentación de los personajes, y una intriga que va desapareciendo mientras se pierde en recuerdos y más recuerdos, de los protagonistas - con alusión a los casos en los que se vieron involucrados -, y de algunos personajes, donde, tan confusamente como nos vienen a la mente los recuerdos, se mezclan situaciones de espionaje vinculadas a las dos guerras mundiales, con una posible conspiración que podría llegar a alterar la paz del reino, entre quejas por la ineficiencia de quienes reparan los servicios de gas o electricidad, el alza de los precios, los problemas de la vida moderna, y las dificultades que trae aparejada hacer reformas en una vivienda....

Pese a lo antedicho, hay que rescatar que no es tan aburrida como otras de sus últimas novelas ; la interacción de Tommy y Tuppence siempre es entretenida; y la presencia de un grupo de chicas y chicos que ayudan a Tuppence , y el protagonismo de Hannibal, - un perro - le dan un toque de frescura al relato.

Y especialmente vale la pena leerla si queremos conocer algo más sobre la propia Agatha Christie, porque quizás sea la más personal de sus novelas de misterio: hay muchas alusiones a elementos de su infancia en Ashfield, con sus libros preferidos , - los que encuentra Tuppence - , o "Mathilda" y "Truelove". También muchos de los recuerdos mencionados - salvo los que forman parte de la trama - son sus propios recuerdos, y las opiniones de los personajes son también sus propias opiniones.

En definitiva, quienes deseen leer una buena novela de misterio, o una buena "Christie" , se sentirán defraudados. Pero recomendamos su lectura a quienes deseen conocer más a una extraordinaria escritora, que, ya en sus últimos años , con la salud quebrantada, y con la fama y el éxito asegurados, dedicó sus últimos esfuerzos literarios a plasmar, en su última obra, sus propios recuerdos de infancia. Nada menos.