"Y marchó a la cama, donde se quedó despierto durante horas. Se dió cuenta entonces, al repasar los detalles del día, y las nuevas actitudes de sus colegas, de cómo únicamente después de muerta la víctima, aparecía el crimen en toda su suciedad. Porque había ocurrido un cambio: bajo la superficie había aparecido una especie de reserva. Lo golpeó con fuerte impacto la idea de que tanto él como sus colegas creían que el asesino estaba entre ellos, y que los acontecimientos recientes no eran más que una revuelta de las sospechas ocultas"
Esta es la primera novela policial de Nicholas Blake, publicada en 1935, y la primera donde presenta a su detective Nigel Strangeways.
El alumno de un colegio - esos tradicionales colegios ingleses- aparece muerto luego de una competencia deportiva. Naturalmente salen a la luz distintas motivaciones para el crimen y distintos sospechosos. Ante la casi inexistencia de evidencias materiales, el detective va reconstruyendo en su mente cómo pudo cometerse el crimen y quién pudo ser el asesino, basándose más que nada en la psicología de los personajes, hasta que , al final, logra dar con el culpable.
Es una obra muy entretenida, de esas que se leen sin parar, con una buena dosis de suspenso, y una narración plena de ironías y sentido del humor. especialmente en la forma en que describe la vida escolar y las vivencias de los protagonistas.
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