martes, 6 de agosto de 2019

La lectura de hoy: Los crímenes del unicornio, de Carter Dickson

"Levanté la mirada hacia Evelyn, quien me la devolvió con un destello curioso de chiquilla medrosa. Entre la penumbra parecía una mancha blancuzca matizada por la roja punta de su cigarrillo. Los poderosos lamparones callejeros guiaban a los transeúntes entre los árboles, y Paris todo se revistió, de súbito, de un resplandor pálido semejante al de la luna llena. Con todo, el aire olía a borrasca. Un trueno restalló en lontananza."



Prolífico autor de novelas de misterio , - algunas de las cuales ya hemos presentado en estas páginas- , y especialista en los llamados "crímenes de cuarto cerrado" , John Dickson Carr nos ofrece aquí, bajo el seudónimo de Carter Dickson, esta novela publicada en 1935. 
Se trata de una novela menor, por momentos tediosa. Y esto es, porque el autor, siguiendo una tendencia propia de la época, donde los escritores se esforzaban en mostrar asesinatos casi imposibles de cometer, dedica muchas páginas, a lo largo de toda la novela, a que los personajes especulen sobre cómo pudo haberse cometido un crimen.
Además, si bien la idea de ubicar la escena en un antiguo castillo aislado en medio de una fuerte tormenta, siempre proporciona un buen marco para cualquier novela de misterio, al involucrar como protagonistas a un famoso ladrón y asesino, que va en busca de"algo", - una especie de MacGuffin, - que posee un diplomático inglés, y a un famoso inspector de la Sureté que le quiere dar caza, - ambos especialistas en disfraces, y por tanto, de identidad desconocida para los demás protagonistas, y para el lector -, y a varios miembros del Servicio Secreto Británico, que van tras la misma presa; hacen de la trama algo confuso, lleno de pistas falsas y de engaños - para los personajes y para el lector -, propios quizás de folletines del siglo XIX o principios del siglo XX , que podrían haber quedado mucho mejor en una comedia de enredos.
En definitiva, una novela sólo disfrutable por algo de la atmósfera que brinda, y nada más, que puede quedar como muestra de un subgénero que no resistió el paso de los años. 

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