La lectura de hoy: Un crimen bretón, de Jean-Luc Bannalec

"El paisaje era realmente delirante. Daba la impresión de que la Tierra Blanca solo era de las personas durante el día; al atardecer y de noche pertenecía por entero a la naturaleza. Reinaba el silencio, no se oía ningún ruido, solo una especie de canto extraño de fondo. Dupin no habría sabido decir si de pájaros o de grillos. Casi un poco fantasmagórico. De vez en cuando se oía el grito de una gaviota bravucona, una mensajera del mar cercano."

Quien haya leído las dos primeras novelas protagonizadas por el Comisario Dupin, sabe que, además de una muy bien construida historia policial al estilo clásico, nos vamos a encontrar con muchas referencias a las leyendas, las costumbres y la comida bretona, así como una muy precisa descripción del hermoso paisaje natural. 

Y esta tercera entrega, - Un crimen bretón - , sigue con esta linea, y no depara mayores sorpresas.

En este caso, Dupin, al investigar en unas salinas a pedido de una periodista amiga, es tiroteado y levemente herido. Poco después, la periodista aparece asesinada. Se inicia así una investigación, en la que, por ocurrir el crimen en otra jurisdicción, Dupin debe colaborar con la Comisaria Sylvaine Rose. Y aquí, con la introducción de este nuevo personaje, a mi juicio, radica una de los logros de esta obra, al reflejar la interacción entre los dos comisarios, con estilos distintos, - Rose es activa, metódica, eficiente, y se le aparece a Dupin,  al que le gusta trabajar solo y guiarse por su intuición , casi como omnipresente y omnisciente - , generando así una interesante elemento que enriquece la narración, y que le da a esta tercer novela un plus distintivo.

A disfrutar, entonces, de esta nueva entrega de Bannalec, mientras, ¿por qué no?, tomamos un buen café y nos imaginamos estar en ese Finisterre que tanto le gusta al autor.