"Kimberly se puso en pie, inhaló una última bocanada de aire y dio media vuelta para regresar al camino que debía seguir. Entonces advirtió que no estaba sola.
A un metro y medio de distancia había un sendero de tierra tan amplio y liso que probablemente era el que recorrían los marines en sus entrenamientos. Y justo en el medio de aquel camino descansaba el cuerpo de una joven vestida con ropa civil. Tenía el cabello rubio y las extremidades bronceadas.
Llevaba una sencilla camisa de algodón blanco, una falda azul de flores muy corta y sandalias negras.
Kimberly dio un paso adelante y, al ver el rostro de la joven, lo supo."
Típico thriller al estilo norteamericano, de esos donde hay un despiadado e ingenioso asesino serial, un grupo de investigadores, - donde no faltan los expertos del FBI -, y las correspondientes víctimas, cuyas historias se van relatando en forma alternada hasta el desenlace, donde se logra dar con el criminal y rescatar a la última víctima prevista de una muerte segura.
Sólidamente estructurado, con una narración que nos permite adentrar en lo que va sucediendo y lo que van viviendo los personajes, buena ambientación, y la suficiente dosis de acción, y suspenso , nos encontramos con una novela muy llevadera, que, sin salirse del molde, presenta, sin embargo, algunas particularidades vinculadas a la trama:
En Georgia, en el momento más álgido del verano, durante varios años seguidos, un criminal secuestraba simultáneamente a dos jóvenes mujeres. A una de ellas la mataba inmediatamente, dejando en el cadáver, indicios muy crípticos que le permitirían, de ser descifrados a tiempo por la policía, encontrar a la segunda víctima, que luego de ser drogada, era abandonada , sin más recursos que un botellón de agua, en un lugar inhóspito, solitario, poco apto para la vida humana, - como por ejemplo el interior de una cueva , un desierto o un pantano - , y con muy pocas posibilidades de supervivencia. De todos los casos, sólo una joven había podido ser rescatada, sin que se diese con el culpable, convirtiéndose ésto en una obsesión para el detective encargado, y para la única sobreviviente.
Cuando, tras tres años de inactividad, esta vez en otro Estado, - y en el campo de entrenamiento del FBI - se encuentra un cuerpo, todo hace indicar que el criminal volvió a las andadas. Comienza una carrera contra el reloj, para dar con éste, y para salvar a una persona de una muerte casi segura.
Otra de las particularidades de la novela es que, quienes llevan adelante la investigación, - el detective encargado de los casos anteriores, una novata aspirante a entrar en el FBI, que descubre el cuerpo, y su padre, un ex agente devenido en influyente asesor de las agencias de investigación - lo hacen por su cuenta, y por fuera de las instituciones. Cada uno de ellos tiene su historia y sus motivaciones personales; y éstas, y su interrelación, acompañan el desarrollo de la trama.
En definitiva, una novela muy entretenida, plena de acción y suspenso,que, sin salirse de lo tradicional, nos presenta interesantes personajes, asesinatos poco comunes, y una atmósfera opresiva, a tono con el verano ardiente, ese tiempo de matar al que alude el título de este libro que, desde ya, recomendamos.
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