"Christopher volvió a su despacho, su habitación preferida y su dormitorio durante los dos últimos años, pues lo prefería al dormitorio de arriba y al cuarto de los huéspedes. Notó que tenía lágrimas en los ojos, pero se dijo a si mismo que eran lágrimas de frustración y rabia."
Dentro del género policial, Patricia Highsmith ha alcanzado un importante lugar. Además del célebre Tom Ripley, sus novelas y relatos cortos se han caracterizado por la carga dramática, la atmósfera opresiva y la tensión psicológica con las que envuelve a sus personajes.
Eso es lo que ocurre con estos dos breves relatos aquí presentados.
Partiendo de lo cotidiano, vemos como tras la apacible vida que llevan, la relación de dos matrimonios se resquebraja a partir de un hecho aparentemente normal y anodino, pero que desencadena una serie de situaciones donde salen a la luz obsesiones, hipocresías, y diferencias que se tornan irreconciliables, que generan un clima de inquietud y de tensión creciente. No vamos a encontrar aquí asesinatos, pero sí, en ambos, y narrada con una prosa magistral, una atmósfera de esas que se pueden cortar con cuchillo.
El primero de los relatos, Un reloj hace tictac en Navidad, ambientado en París, se inicia cuando una joven mujer, de posición acomodada, se conmueve por un niño que le pide limosna en vísperas de Navidad, y decide ayudarlo. El segundo, Sustancia de locura, planteado con mucho humor negro, y en tono macabro, nos habla de una mujer cuya afición es embalsamar a sus distintas y difuntas mascotas, y exponerlas en los jardines de su casa.
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