"Llovía a cántaros. Llevaba así desde primera hora y no parecía que fuera a escampar en todo el día. El cielo y el mar se fundían en un velo gris impenetrable. El Bec de l´aigle, el portentoso peñasco en forma de pico de águila que se internaba en el Mediterráneo, no se veía a través del chaparrón, síntoma de que el temporal tardaría en remitir.
El valle, húmedo y plomizo, parecía extrañamente inmóvil bajo la escasa luz de aquel día de Diciembre."
Como nos tiene acostumbrados, Charlotte Link nos presenta un apasionante thriller, que nos mantiene atrapados, desde el principio hasta el final mientras seguimos una trama de fuerza dramática y tensión creciente, que transcurre simultáneamente en Francia y en Bulgaria, en un duro invierno, donde el clima tormentoso contribuye a generar un ambiente opresivo, sombrío, y claustrofóbico, que aumenta la sensación de indefensión, de angustia, y de peligro, que viven los protagonistas.
Una mujer desesperada en busca de su hija. Otra, que debe abandonarlo todo y escapar. Personas comunes que, por ambición, por salir de la miseria, por querer ayudar, o simplemente por tomar la decisión equivocada, o , peor aún, sin saber por qué, se ven involucradas en una vorágine de situaciones que los acerca al peligro y a la muerte y de la que nadie saldrá indemne.
La novela, se estructura en capítulos donde un narrador omnisciente va contando los sucesos, y otros que, en primera persona, va narrando Nathalie, una de las principales protagonistas.
La presencia de personajes muy interesantes, magníficamente caracterizados desde el punto de vista psicológico; la muy buena ambientación, y un relato donde se mantiene la tensión hasta el final, hacen de esta novela, una excelente opción de lectura, que desde ya, recomendamos.
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