domingo, 13 de marzo de 2022

La lectura de hoy: Lejos del corazón, de Lorenzo Silva

"Quizá el mayor reto del arte de vivir consista en haber descubierto una manera de seguir prendido a los días cuando la vida empieza a mandarte señales de que has empezado a serle prescindible. "

Publicada en 2018, a 20 años de su primer caso, Lejos del corazón, nos presenta otra investigación de Bevilacqua, Chamorro, y su equipo, cuando son enviados a Algeciras, en la zona del estrecho de Gibraltar, donde un joven empresario, involucrado con causas vinculadas a delitos informáticos, es secuestrado, y, pese a que su familia paga el rescate, no aparece, por lo que comienza a intervenir la Guardia Civil.

Es una novela, que, como las últimas que venimos leyendo de estos protagonistas, tiene una actuación colectiva. El narrador sigue siendo Vila, que sigue manteniendo sus métodos, sus creencias, dudas, sentimientos, opiniones, valores, su relación con sus seres queridos, y  su especial vínculo con Chamorro; y sigue compartiendo todo eso con nosotros; pero cobran más peso otros personajes, como por ejemplo Salgado, Arnau, y la Guardia Civil como institución,  y se destaca el trabajo en equipo y la camaradería entre el personal de las distintas jurisdicciones y secciones. 

La labor conjunta con la gente de Algeciras lleva a Vila a encontrarse con un antiguo amigo y compañero de armas, el capitán Álamo, quien también alcanza un protagonismo importante.

Las alternativas del caso tienen que ver con el crimen organizado, ya sea el contrabando, el tráfico de drogas o de personas, en una zona de frontera que el autor se encarga muy bien de mostrar en toda su complejidad y en todo su dramatismo.

Así como en toda su trayectoria Bevilacqua aparece con un carácter chandleriano, en la lucha casi quijotesca para honrar su uniforme y sus principios, buscando el bien y la justicia para las víctimas, aquí, toda la institución asume ese carácter, luchando con escasos medios contra los males que imperan en el siglo XXI: el ciberdelito, el crimen organizado, y la tragedia de los refugiados que intentan ingresar a esa quimera que para ellos es Europa. 

En cuanto a Vila, queda muy claro desde las primeras páginas que , ya pasados los 50, se siente mayor, más cerca de su jubilación; hace notar constantemente las diferencias generacionales; la novela, además comienza con la emoción y los sentimientos cruzados que afronta cuando su propio hijo jura la bandera como guardia civil. También destaca el orgullo que siente por su equipo, y el grado de confianza y cercanía entre él y Chamorro.

En síntesis, otra excelente novela que nos permite volver a encontrarnos con amigos entrañables y que revaloriza, dentro del género, - y sin quitarle nada a los protagonistas individuales - , el peso institucional en la lucha contra el delito. 

Para finalizar, alguien muy "cercano" a Vila, cantaba que "20 años no es nada", pero en cada novela , al mismo tiempo que vemos crecer a los personajes (y no solamente en años) , vemos también que  se va agregando algo más, un plus, un agregado, que, paradójicamente, contradice el título, y acerca a esta saga y a sus protagonistas, a nuestro corazón.


"Estábamos donde habíamos buscado estar desde que habíamos llegado allí, dos semanas atrás: en el gozne que lo explicaba todo. Y también, quizá, donde nos habíamos preparado toda una vida para estar: allí donde sentíamos, tanto ella como yo, y ella conmigo y yo con ella, habernos hecho quienes éramos."







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